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¿Por qué no tenemos tiempo para planear, pero sí para hacerlo dos veces?

Muchas veces nos ha pasado que tenemos muy poco tiempo para hacer alguna actividad, un compromiso o un pendiente, y por no planearlo, terminamos invirtiendo el doble del tiempo que teníamos para realizarlo; en algunos casos incluso, llegamos a invertir dinero que no teníamos e involucramos a personas que no debían de estar impactadas con nuestra actividad.

Lo importante es preguntarnos: ¿qué es lo que queremos lograr? Para ello, debemos de formular un objetivo específico, real y alcanzable, en el tiempo que tenemos para realizarlo. Teniendo este objetivo, podemos planear si lograremos realizarlo o no, si tendríamos que pensar en invertir más tiempo o acotar el alcance de lo que habíamos planeado.

Para permitirnos planear, tenemos que analizar lo siguiente: ¿quién o quiénes están involucrados en nuestra actividad y/o de qué terceras personas dependemos?, ¿qué queremos lograr y/o cuál es el beneficio de realizar esta actividad?, ¿en dónde se va a desarrollar esta tarea?, ¿con cuánto tiempo contamos para realizarla? y ¿cuáles son las consecuencias o requerimientos para llevarla a cabo?

Lo anterior, nos ayuda a tener mayor visión de lo que queremos lograr y el cómo conseguirlo, obteniendo la satisfacción del cumplimiento de nuestra actividad.

Sin embargo, cuando no nos detenemos a considerar todo esto, y sin planear iniciamos las acciones para lograr nuestro objetivo, podemos perdernos en la cantidad de actividades que pueden surgir para conseguirlo; además, llegamos a hacer retrabajos o a pedir tiempo de otras personas que no siempre van a tener la disponibilidad para ayudarnos, y principalmente, no nos vamos a sentir satisfechos con nuestro esfuerzo.

Si en nuestra vida cotidiana, consideramos el tiempo para planear desde cosas tan triviales como la logística de trayecto para realizar nuestros pagos de servicios e ir al supermercado, o la realización de los preparativos para una fiesta, hasta compromisos de más tiempo, como el obtener una buena figura para las vacaciones o planes de una boda, nos ahorraría tiempo, dinero y esfuerzo, y lo más importante, seríamos más felices y estaríamos más contentos con nuestros resultados.

Este blog fue publlicado anteriormente en Desarrollo y Evolución | Human@ y Organizacional (Mayo 2014)

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